En un curso de este semestre la profesora nos mandó a leer 'Seminar on "the purloined letter"' de Jacques Lacan. Empecé a leerlo por 2 motivos. El primero era que tenía que leerlo y el segundo era porque quería leer algo de aquel tan afamado hombre. El resultado fue que me di cuenta que el tipo es lo más complicado para escribir y leer, y puede ser que para uds. no es el GRAN descubrimiento, pero para mí sí lo es. Resultado: a las 6 página ya no entendía nada. El sopor del cansancio de no dormir mucho por varios días seguidos me están pasando la cuenta. De ahí es que saco el título a colación: ¿por qué sigo leyendo algo que no entiendo? ¿por qué tenemos pretendemos que entendimos lo que leímos sólo porque se trata de un autor famoso? ¿por qué tenemos pretensiones? Yo sé que algún día me toparé de nuevo con Lacan y lo más probable es que lo pueda entender, pero ahora no. ¿Por qué debo pretender que lo entendí y que me interesó cuando no fue así? Fue en ese momento que me vino la rebeldía y decidí no seguir leyendo el texto y buscar un resumen o una explicación del mismo pero no apareció. Ahora, heme aquí escribiendo sobre mi experiencia y no buscando el resumen.
Volviendo al tema principal, ¿Qué saco con pretender haber entendido este texto? ¿u otro texto? Yo creo que uno no saca nada. Siento que pretender de verdad no nos lleva a nada, puesto que no demostramos lo que somos realmente y no somos humildes. Recuerdo que una vez me dijo mi papá que Borges dijo que si uno empieza a leer un libro X o EL texto, en este caso, y a uno no lo agarra el texto, debe dejarlo al lado y retomarlo en otro tiempo, que pueden ser años, hasta que uno esté PREPARADO para el texto. Yo lo creo, no es lo mismo leer ahora Cien Años de Soledad que hace 8 años atrás, no lo hubiera entendido y hubiera desechado el libro sólo porque era muy largo. Yo prefiero ir aprendiendo y culturizándome cuando me da la gana leer o aprender, no cuando debo haberlo leído, sino caemos de nuevo en las pretensiones. Lamento que en Letras ese es el sistema e igual tengo que leer cosas que no entiendo. (Nótese que este es el lado rebelde mío el que está escribiendo, así que no lo tomen como si yo fuera poco coherente) Otro ejemplo que demuestra que las cosas no se deben apurar es de C. S. Lewis quien dijo algo así: cuando uno escribe un cuento o un libro o un texto en general y no logra avanzar, guarda el texto y en un futuro retómalo.
En mi caso, siento no deben apurarse, sobretodo cuando se trata de leer y entender a Lacan.
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